Cuando oyes la palabra papilla, puede que tu mente te lleve a sorber una papilla helada en verano. Para que quede claro, los purines no son el tipo de golosina que te das en un día caluroso. Sin embargo, puede ser parte integrante de operaciones en industrias como la minería y la agricultura. Si tus instalaciones necesitan un buen sistema de bombeo de purines, es un proceso que debes hacer siempre con mucho cuidado.
Por suerte, si comprar maquinaria industrial no es nuevo para ti, esa meticulosa preparación no debería resultarte demasiado chocante o desalentadora. Esta guía te ayudará a hacer las consideraciones de diseño correctas para los sistemas de purines en el lugar de trabajo.
Introducción a los purines
Desde el lavado del carbón hasta la fabricación de cera, los lodos desempeñan un papel clave en diversos procesos únicos. El lodo es una mezcla de materiales líquidos y sólidos, que puede tener un aspecto diferente según su contenido.
A veces, el lodo puede tener una consistencia espesa que lo hace parecer cemento o barro. Otros lodos pueden parecer más separados, con grandes trozos de material sólido asentados en un líquido fino. Aunque hay bastantes tipos diferentes de purines, la mayoría pueden clasificarse en una de estas dos categorías: sedimentables y no sedimentables.
Lodos no sedimentables
Los lodos no sedimentables u “homogéneos” son los que presentan ese aspecto de cemento o barro antes mencionado. La razón de este aspecto se debe a que los lodos no sedimentables contienen una alta concentración de sólidos. Además, esos sólidos tienen una granulometría muy fina. Esto suele dar al lodo ese aspecto espeso y fangoso.
Lodos de sedimentación
En los lodos de decantación, la distribución de los sólidos en el líquido no es tan uniforme como en los tipos sin decantación. Esto se debe a que los lodos de decantación suelen transportar partículas de mayor tamaño, como rocas o grava. No sólo el tamaño de las partículas es mayor, sino que su concentración también es menor.
Distribución uniforme de los purines
Una consideración clave para tu sistema de purines debe ser la consistencia con la que lo distribuyes. Uno de los componentes de tu sistema es la caja de distribución de purines. La finalidad de esta caja es recibir los materiales entrantes y distribuirlos a las fases posteriores del proceso en medidas precisas.
Para obtener las mediciones adecuadas para la consistencia de tu flujo de distribución, tienes que optimizar información como los caudales volumétrico y másico, así como la distribución granulométrica específica. Hacer cuentas no siempre es divertido, pero siempre es beneficioso para el proceso general de diseño.
Si tus cajas de distribución dispensan un caudal excesivo o insuficiente, entorpecerán la eficacia y eficiencia de tu sistema. Basta decir que son dos factores bastante importantes para que estos sistemas los utilicen.
Concentración de sólidos
En relación con el punto anterior, un factor importante a tener en cuenta en el transporte de los purines es la concentración de sólidos en los mismos. Sin la concentración adecuada de sólidos, los purines no se moverán correctamente por el sistema.
Por tanto, para mantener esa consistencia, procura que la concentración de purín sea entre un 10% y un 15% inferior a la estática. Sin embargo, esto puede variar en función del tamaño de las partículas de tus sólidos.
Si el tamaño de las partículas se sitúa entre 0,4 y 0,5 micras, podrás alcanzar la concentración adecuada de purín en torno a un 40% por debajo de la estática asentada. Manteniendo el nivel adecuado de consistencia de la concentración de los purines, puedes asegurarte de que el producto se desplaza por tu sistema a un ritmo productivo.
Desgaste de la bomba para lodos
Como ocurre con muchas máquinas industriales, las bombas de lodo son susceptibles de sufrir desgaste con el paso del tiempo. La razón de que esto ocurra son las características específicas del lodo que circula por el sistema. Según la abrasividad y corrosividad de tus lodos, la bomba puede empezar a desgastarse en cuestión de días.
Como contraataque a las propiedades dañinas de tus lodos, tienes que preparar la bomba con las piezas adecuadas. Para aplicaciones como el transporte de productos químicos o materiales muy finos, se pueden utilizar con éxito ciertos tipos de caucho para proteger la bomba.
Por otra parte, las bombas de metal duro te ayudarán a transportar lodos que contengan materiales abrasivos y cortantes. Si consigues adaptar el tipo de bomba adecuado a las características específicas de tu lodo, evitarás que la bomba sufra un desgaste excesivo.
Elección de la bomba
Hay distintos tipos de bombas que puedes implementar en un sistema de lodos. El tipo más común es la bomba centrífuga, que se utiliza con frecuencia para transportar mezclas diluidas. Aunque pueden transportar mezclas de lodos diluidos con éxito, las bombas centrífugas deben tener el mencionado revestimiento de goma, necesario para combatir el desgaste a un ritmo excesivo.
Las bombas de sobrepresión y de desplazamiento positivo son las dos mejores opciones cuando se trata de transportar materiales abrasivos. Cuando utilices bombas de desplazamiento positivo, similares a las centrífugas, debes equiparlas con un revestimiento duradero para defender la bomba de la erosión.
Hablando de materiales abrasivos, la tosquedad de tus materiales también influye a la hora de elegir una bomba. Por ejemplo, si transportas un tipo de lodo grueso, como uno que contenga carbón, las tolvas de esclusa son perfectas para el trabajo. Algunas bombas también están especializadas para manejar diferentes medidas de presión de suministro. Si la presión de impulsión debe ser baja, probablemente una bomba de diafragma sea la mejor opción para tu instalación.
Prevenir los atascos de purines
Una obstrucción por purines es exactamente lo que parece: purines que se acumulan en las tuberías de tu sistema y acaban obstruyéndolo por completo. Evitar los atascos de purines en tu sistema se reduce a consideraciones de diseño muy tempranas.
Concretamente, tienes que adaptar adecuadamente la velocidad de tu sistema de purines a su pérdida por fricción. Cuanto mayor sea la velocidad, mayor será la pérdida por fricción. Cuanto mayor sea la pérdida por fricción, mayores y más potentes deben ser tus motores. Si no eres meticuloso con tus mediciones de pérdida de fricción/velocidad, con el tiempo puede acumularse lechada en tus tuberías. De nuevo, las matemáticas no siempre son divertidas, pero siempre son beneficiosas.
Desde el tipo de lodo que bombeas hasta la velocidad que utilizas para bombearlo, hay algunas consideraciones de diseño importantes para los sistemas de lodo en el lugar de trabajo. Si tienes en cuenta todos los factores adecuados, podrás dotar a tus instalaciones de un método funcional y eficaz para transportar esta sustancia.
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